En un estado laico, la polémica de los crucifijos debería estar superada. Así lo entiende el presidente de la La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) de Huelva, Diego González.
Para el presidente, "existen problemas más importantes en las aulas, como la mejora de los rendimientos escolares o que las familias se impliquen más en la educación", después de que el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número dos de Valladolid ordenara hace unos días la retirada de símbolos religiosos de las aulas y espacios comunes del colegio público Macías Picavea en la primera sentencia en este sentido que se dicta en el país.
Por otro lado, el presidente de la FAPA consideró que "la religión debería estar fuera del horario lectivo, algo que llegará con el tiempo, aunque costará trabajo, como sucedió con la gratuidad de los libros".
Respecto a la opinión de las AMPAS de la provincia, González aseguró que "ninguna ha trasladado nada", considerando que es "algo que está superado".
El fallo recogido indica que "el Estado no puede adherirse ni prestar respaldo a ningún credo religioso, ya que no debe existir confusión alguna entre los fines religiosos y los fines estatales. Nadie puede sentir que, por motivos religiosos, el Estado le es más o menos próximo que a sus conciudadanos".
Asimismo, el juez considera que "si bien la Constitución establece que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones con la Iglesia Católica y las demás condiciones, no menciona para los centros docentes públicos otro tipo de medidas o actuaciones", en referencia a la presencia de símbolos religiosos.