La Sede Iberoamericana de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en La Rábida acogió días atrás un interesante curso que bajo el título de esta entrada dirigió la diputada Fátima Aburto. Ella dejó un artículo en el diario Odiel y que recojo de su blog para invitaros, si os apetece, a la reflexión.
"La paz es un derecho humano, pero la paz no es solo la ausencia de guerra. Ese es el concepto de paz negativo, pero en un concepto positivo la paz significa también seguridad en términos no solo físicos, sino también de salud, de justicia, de medios para desarrollar el proyecto de vida de cada cual y de libertad para hacerlo. Es por tanto un concepto muy amplio, que evidentemente todos deseamos para nosotros y que no es posible obtener sino de manera colectiva. Porque si en algún sitio del mundo hay violencia, muy probablemente en este mundo global terminará implicando a todos. Lo hemos visto con el fenómeno del terrorismo, pero también con la desesperanza generadora de migraciones incontroladas, con las desigualdades sociales extremas que conducen al tráfico de armas, de drogas, de seres humanos, y en definitiva producen inseguridad, ausencia de Paz.
En España se demuestra estadísticamente que somos una ciudadanía de las más pacifistas del mundo. No en vano el pasado terrible de los siglos XIX y XX que culminó con la guerra civil y los 40 años de dictadura han dejado una impronta en nuestro pueblo, que nuestros abuelos nos han transmitido como un anhelo infinito de Paz, como dijo el PTE Zapatero en la toma de posesión de su investidura. Además y por desgracia, el terrorismo tanto yihadista como Etarra, se ocupan de que sigamos anhelando esa ansiada Paz.
Pero ¿Que entienden los ciudadanos españoles como Paz? ¿La ausencia de guerra? ¿De terrorismo?, ¿o la seguridad de una Justicia Justa (según Juan José Cortés)?, ¿o la efectividad de los Servicios Públicos, el afianzamiento de los Derechos Ciudadanos? Sinceramente espero que lo quieran todo, o sea que aspiren a la felicidad, quizá el grado más alto del concepto de Paz.
Sin duda las manifestaciones más masivas y contundentes de la ciudadanía española fueron las de Si a la Democracia tras el 23 F, No al Terrorismo tras el asesinato de Blanco o el 11 M y No a la Guerra por la guerra de Irak. Esa definición clara de una ciudadanía viva y participativa evidenció una clara apuesta en contra de la violencia del terrorismo y la guerra, no solo para España sino para el Mundo.
Actualmente en plena crisis económica y con unas tasas de paro cercanas al 18% de la población activa, muchos se extrañan de que no existan grandes movimientos sociales reivindicativos. No es por desidia, no es que la gente no esté preocupada, en algunos casos desesperada. Es que no se están poniendo en cuestión los derechos ciudadanos, no se está atacando a los logros de los trabajadores, se está garantizando por el contrario la protección social. Evidentemente tendría un límite, pero también significa claramente el aprecio de la ciudadanía por la defensa de sus derechos.
Ningún poder público puede despreciar esas aspiraciones, pero es necesario conocer más si se quiere servir bien. Por eso considero una obligación de un servidor público como es un representante del pueblo, procurar conocer mejor cuales son las aspiraciones de los ciudadanos con respecto a la Paz. Quienes son sus actores, que estrategia definen para logra sus objetivos, a que están dispuestos a renunciar y a que no, como y cuando quieren que se haga qué, para conseguir que tipo de Paz.
Los actores son todos los interesados, los organismos de Ayuda Humanitaria y de Cooperación al desarrollo, los educadores, los juristas, las fuerzas y cuerpos de Seguridad, la política y desde luego los medios de comunicación. Pero los principales actores deben ser los propios ciudadanos y por eso espero que el debate de los expertos y los alumnos en el ámbito universitario marque las pautas para avanzar en el camino de la Paz que queremos los españoles para nosotros mismos y para el mundo."
En España se demuestra estadísticamente que somos una ciudadanía de las más pacifistas del mundo. No en vano el pasado terrible de los siglos XIX y XX que culminó con la guerra civil y los 40 años de dictadura han dejado una impronta en nuestro pueblo, que nuestros abuelos nos han transmitido como un anhelo infinito de Paz, como dijo el PTE Zapatero en la toma de posesión de su investidura. Además y por desgracia, el terrorismo tanto yihadista como Etarra, se ocupan de que sigamos anhelando esa ansiada Paz.
Pero ¿Que entienden los ciudadanos españoles como Paz? ¿La ausencia de guerra? ¿De terrorismo?, ¿o la seguridad de una Justicia Justa (según Juan José Cortés)?, ¿o la efectividad de los Servicios Públicos, el afianzamiento de los Derechos Ciudadanos? Sinceramente espero que lo quieran todo, o sea que aspiren a la felicidad, quizá el grado más alto del concepto de Paz.
Sin duda las manifestaciones más masivas y contundentes de la ciudadanía española fueron las de Si a la Democracia tras el 23 F, No al Terrorismo tras el asesinato de Blanco o el 11 M y No a la Guerra por la guerra de Irak. Esa definición clara de una ciudadanía viva y participativa evidenció una clara apuesta en contra de la violencia del terrorismo y la guerra, no solo para España sino para el Mundo.
Actualmente en plena crisis económica y con unas tasas de paro cercanas al 18% de la población activa, muchos se extrañan de que no existan grandes movimientos sociales reivindicativos. No es por desidia, no es que la gente no esté preocupada, en algunos casos desesperada. Es que no se están poniendo en cuestión los derechos ciudadanos, no se está atacando a los logros de los trabajadores, se está garantizando por el contrario la protección social. Evidentemente tendría un límite, pero también significa claramente el aprecio de la ciudadanía por la defensa de sus derechos.
Ningún poder público puede despreciar esas aspiraciones, pero es necesario conocer más si se quiere servir bien. Por eso considero una obligación de un servidor público como es un representante del pueblo, procurar conocer mejor cuales son las aspiraciones de los ciudadanos con respecto a la Paz. Quienes son sus actores, que estrategia definen para logra sus objetivos, a que están dispuestos a renunciar y a que no, como y cuando quieren que se haga qué, para conseguir que tipo de Paz.
Los actores son todos los interesados, los organismos de Ayuda Humanitaria y de Cooperación al desarrollo, los educadores, los juristas, las fuerzas y cuerpos de Seguridad, la política y desde luego los medios de comunicación. Pero los principales actores deben ser los propios ciudadanos y por eso espero que el debate de los expertos y los alumnos en el ámbito universitario marque las pautas para avanzar en el camino de la Paz que queremos los españoles para nosotros mismos y para el mundo."