Gibraleón, 02.04.15.- La muerte ha venido a visitar a Fernando en un día señalado en rojo
en su corazón. Y es que, precisamente, el corazón del costalero dejó de
latir ya en la madrugada del Jueves Santo, el mismo día en el que él
solía llevar a hombros el paso del Cristo de la Sangre o estar a su
alrededor. Eso sí, siempre muy cerca del Señor.
Tal vez por eso, ese Crucificado al que tanto veneran los panturranos
ha querido tenerlo desde ahora, y para siempre, muy cerca suya. Allá en
el cielo.
La muerte de este olontense, a sus 58 años de edad y tras una
enfermedad que le fue diagnosticada hace tan solo unos meses, ha hecho
que la primera ‘levantá’ del Cristo haya sido en su recuerdo.
De igual modo, tanto el paso del Cristo como el de la Virgen de la
Soledad, lucen crespones negros en memoria de quienes como Fernando han
estado muy cerca de la hermandad y ya no se encuentran entre nosotros.
Como cada año, cientos de personas, entre vecinos y visitantes, se
agolparon a las puertas de la iglesia del Carmen para contemplar la
salida de ambas imágenes.
En dicho templo tendrá lugar, a las diez de la mañana de este Viernes
Santo, el sepelio por el eterno descanso del citado cofrade olontense.
Este año se celebra el 75 aniversario de la bendición de la talla del
Cristo de la Sangre, de la que es autor el imaginero sevillano Antonio
Castillo Lastrucci. Por ello, la hermandad lleva a cabo actos y cultos a
lo largo de estos meses, entre los que incluyen una procesión
extraordinaria que tendrá lugar en el mes de septiembre.
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