La caída de parte de la techumbre del colegio Ramón y Cajal de Gibraleón ha provocado que el alcalde de la localidad, José Ramón Gómez Cueli, haya pedido a la Delegación Provincial de Educación de la Junta que agilice el proceso para la construcción de un nuevo centro educativo en el municipio, debido a la necesidad existente.
Gómez Cueli, quien ha señalado que este suceso ha “dado la razón” al Consistorio local, reiteró la “necesidad” de que se inicie cuanto antes la construcción de un nuevo centro pues la situación en que se halla el Ramón y Cajal terminará perjudicando al resto de su estructura.
El colegio Ramón y Cajal, con una antigüedad de más de 50 años, se encontraba en desuso desde hace un año. Ello obligó al Ayuntamiento a habilitar dependencias municipales para albergar a los alumnos que se quedaron sin aula.
Tras conocerse el desplome de la techumbre de una de las dependencias del colegio olontense, técnicos de la Delegación Provincial de Educación de la Junta se desplazaron junto con el alcalde para conocer in situ el alcance de dichos desperfectos.
El citado colegio, ubicado en una de las zonas más transitadas de la localidad, ha sido precintado por la Policía Local para evitar cualquier percance, pese a que las instalaciones educativas poseen una valla metálica que impide el acceso al interior del propio recinto.
Gómez Cueli, quien ha señalado que este suceso ha “dado la razón” al Consistorio local, reiteró la “necesidad” de que se inicie cuanto antes la construcción de un nuevo centro pues la situación en que se halla el Ramón y Cajal terminará perjudicando al resto de su estructura.
El colegio Ramón y Cajal, con una antigüedad de más de 50 años, se encontraba en desuso desde hace un año. Ello obligó al Ayuntamiento a habilitar dependencias municipales para albergar a los alumnos que se quedaron sin aula.
Tras conocerse el desplome de la techumbre de una de las dependencias del colegio olontense, técnicos de la Delegación Provincial de Educación de la Junta se desplazaron junto con el alcalde para conocer in situ el alcance de dichos desperfectos.
El citado colegio, ubicado en una de las zonas más transitadas de la localidad, ha sido precintado por la Policía Local para evitar cualquier percance, pese a que las instalaciones educativas poseen una valla metálica que impide el acceso al interior del propio recinto.
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