domingo, 23 de septiembre de 2012

Candados del amor en el puente sobre el Odiel de Gibraleón

Todo empezó cuando dos enamorados adolescentes, Step y Babi, colocaron un candado en un puente como forma de sellar su amor. Así se reflejaba en la novela Tengo ganas de ti del eterno romántico Francisco Moccia. Sin saberlo, el escritor estaba dando una idea a otros enamorados que pronto acabaría extendiéndose por medio mundo. Hasta tal punto que ya no son solo los puentes de Roma o Venecia sobre los que cuelgan los candados del amor. También el que sortea el Odiel a su paso por Gibraleón recuerda a los viandantes que también Step y Babi pasaron por allí un día. Y que tras colgar el candado arrojaron la llave al río.

En fin, cosas del amor.

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