Ayamonte, 09.09.13.- Nada más cruzar el umbral de la iglesia, el aroma a nardos anunciaba al visitante que la Señora ya estaba presta y dispuesta para salir a la calle. Un año más, Ayamonte, orgulloso, quería rendir honores a su Patrona y Alcaldesa Perpetua. Y vaya si lo hizo.
A la luz de la media luna, la Virgen de las Angustias recibió de nuevo el cariño de sus hijos en una noche, plácida y hermosa en la que, en las calles, se habló tanto español como portugués.
Vecinos portugueses volvieron a mezclarse con ayamontinos y onubenses llegados de cualquier zona de la costa con un único objetivo: contemplar de cerca de la Señora, que anoche lucía, dentro de su serenidad, dicen, la mejor de sus sonrisas.
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