La talla gótica del conocido como Cristo del Cementerio de Gibraleón se encuentra de nuevo en la localidad. Tras seis meses en el Instituto de Patrimonio Histórico de Sevilla, los expertos han finalizado por fin el proceso completo de restauración y la venerada imagen se encuentra de nuevo en su gigantesca urna, en el Ayuntamiento, donde es custodiada, según ha informado el propio Consistorio olontense.
La presidenta de la Hermandad de la Misericordia, Charo Sánchez, ha procedido al rezo de un padre nuestro y un Ave María, para otorgar la solemnidad y el carácter religioso que merecía el momento.
El concejal de Cultura, José Manuel Alvarez se ha desplazado hasta Sevilla para velar por el traslado de la imagen, que ya a estas horas descansa en un lugar que cumple con todas las garantías para su conservación.
La decisión de estudiar el estado del Cristo del Cementerio, ante su visible deterioro, fue aprobada en la sesión plenaria en mayo de 2009 a propuesta del equipo de Gobierno y salió adelante sólo con los votos a favor de los diez ediles socialistas.
El alcalde de Gibraleón, Juan Serrato, asegura que el proceso de restauración recomendado por el IAPH ha cumplido su objeto: “la consolidación material de la imagen y la recuperación de sus valores estéticos”. Serrato ha reiterado su “agradecimiento a esta entidad, dado el interés mostrado y la premura en la actuación”. Un proyecto gestionado y subvencionado al 100% por la Junta de Andalucía.
La imagen se ha sometido a un proceso de desinsectación para garantizar su conservación biológica. De igual forma se ha actuado en la cruz a la que se fija la imagen. Por último se han establecido pautas para la conservación preventiva y mantenimiento de la imagen.
El Cristo del Cementerio se trata de una talla anónima de madera policromada del siglo XIII y que se conoce con dicho nombre porque fue la primera ubicación que tuvo en la localidad: en el camposanto. Sin embargo, debido a su alto valor, fue trasladada al Ayuntamiento, donde se custodia desde entonces. Hasta ahora, nadie ha podido confirmar el origen exacto de la imagen ni la forma en que llegó al municipio olontense.
El concejal de Cultura, José Manuel Alvarez se ha desplazado hasta Sevilla para velar por el traslado de la imagen, que ya a estas horas descansa en un lugar que cumple con todas las garantías para su conservación.
La decisión de estudiar el estado del Cristo del Cementerio, ante su visible deterioro, fue aprobada en la sesión plenaria en mayo de 2009 a propuesta del equipo de Gobierno y salió adelante sólo con los votos a favor de los diez ediles socialistas.
El alcalde de Gibraleón, Juan Serrato, asegura que el proceso de restauración recomendado por el IAPH ha cumplido su objeto: “la consolidación material de la imagen y la recuperación de sus valores estéticos”. Serrato ha reiterado su “agradecimiento a esta entidad, dado el interés mostrado y la premura en la actuación”. Un proyecto gestionado y subvencionado al 100% por la Junta de Andalucía.
La imagen se ha sometido a un proceso de desinsectación para garantizar su conservación biológica. De igual forma se ha actuado en la cruz a la que se fija la imagen. Por último se han establecido pautas para la conservación preventiva y mantenimiento de la imagen.
El Cristo del Cementerio se trata de una talla anónima de madera policromada del siglo XIII y que se conoce con dicho nombre porque fue la primera ubicación que tuvo en la localidad: en el camposanto. Sin embargo, debido a su alto valor, fue trasladada al Ayuntamiento, donde se custodia desde entonces. Hasta ahora, nadie ha podido confirmar el origen exacto de la imagen ni la forma en que llegó al municipio olontense.
1 comentario:
Dicen algunos artículos antiguos que al Cristo se le encontró resto de salinidad, lo que evidencia que pudo venir de algún barco o de algún sitio cercano al mar. De todos modos, nadie sabe como llegó y por qué al pueblo de GIbraleón, donde creo que su lugar ideal para el culto debe ser una Iglesia y no el Ayuntamiento. No olvidemos que estamos en un estado aconfesional, y si esta talla tiene tanto valor, que no lo dudo, que la custodien con seguridad suficiente. Pero en la Iglesia. Allí es donde se le puede rezar.
Publicar un comentario