viernes, 22 de abril de 2011

Jueves Santo sin saetas en Gibraleón

Tristeza, resignación, emoción contenida. Es lo que podía apreciarse en la cara de quienes se agolparon a las puertas de la iglesia del Carmen y comprobaron que, a causa del mal tiempo, el Cristo de la Sangre no procesionaría por las calles de Gibraleón. A su lado, la Virgen de la Soledad tampoco pudo salir.
De esta forma terminaba un año de espera, en cuya recta final los olontenses contaban los días y semanas que faltaban para ver desfilar al Señor por calles que se quedan pequeñas ante el paso de la muchedumbre que le sigue.
Este año no se han escuchado saetas y el frío reinante ha dejado casi desiertas esas calles que cada Jueves Santo se convierten en un mar de plegarias.
El Cristo de la Sangre es, tal vez, la imagen que mayor devoción sigue despertando en la localidad, a la que llegó en 1940.
Cuenta la leyenda que el imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci realizó este Crucificado por un encargo que se le hizo desde Ayamonte. Sin embargo, la imagen se quedó en Gibraleón.
Mientras se dirigía hacia la localidad ayamontina, el carretero que transportaba la imagen paró en la iglesia conventual que hoy se conoce como el Carmen, donde el ermitaño le dio de comer, como hacía con los caminantes.
“¡Es él!”, exclamó en medio de sollozos el ermitaño tras contemplar la imagen del Cristo que transportaba el carretero. Pocos minutos después éste agradecía la atención recibida y retomaba su camino hacia Ayamonte. Sin embargo, tras bajar la cuesta del Carmen, de forma inexplicable, los bueyes no avanzan pese a los reiterados intentos del carretero para seguir el camino. Es más, los animales desobedecen las indicaciones que recibían y empujan el carro hacia atrás hasta colocarlo a las puertas de la iglesia, donde se entendió que el Cristo quería quedarse en la localidad olontense.
De forma inmediata, el suceso fue comunicado tanto al imaginero como a quienes le habían hecho el encargo.
Desde entonces, la imagen sustituye a la que, en tiempos de la Guerra Civil, fue incendiada en el solar que se situaba frente al templo.

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