Cuentan las crónicas que cerca de un millón de personas han sido testigos hoy en Roma de la proclamación de Karol Wojtyla (que bien suena este nombre) como beato, el paso previo a la santidad. Benedicto XVI, su sucesor, ha oficiado la ceremonia en la plaza de San Pedro, ante autoridades de medio mundo. Y ello me trae a la memoria imágenes, sensaciones y sonidos de aquel 14 de junio de 1993 en que este ‘junta palabras’ fue testigo directo de la visita del Papa a Huelva, al Rocío.
Entonces quien suscribe tenía el privilegio de trabajar para Antena 3 y El Mundo. Fue una jornada agotadora, de prisas, crónicas, pero también de satisfacción personal y profesional. Como pocas.
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