Agentes de la Policía española, en colaboración con la francesa, han logrado detener hoy en el país vecino a Genaro Ramallo Guevara, de 52 años, que estaba siendo buscado por su presunta implicación en la muerte de María del Carmen Espejo y su hijo Antonio, que desaparecieron hace casi 18 años, según informa El País en su edición digital.
Hace dos semanas, según recuerda el digital, la Brigada Judicial de Sevilla localizó sus esqueletos enterrados en un pozo de una finca de Almonaster la Real. La policía perseguía por su supuesta implicación en el caso a Genaro Ramallo Guevara, de 52 años, de origen boliviano, dueño del terreno y de una academia en la capital, que jamás había tenido tropiezos con la justicia.
El Grupo de Homicidios de Sevilla llegó hace tres meses a la plena convicción de que María del Carmen y su hijo estaban muertos y enterrados en el paraje conocido como la Huerta del Cura, a 100 kilómetros de Huelva.
Los agentes hicieron varias catas en la parcela, pero no hallaron nada. Por eso requirieron la ayuda de Luis Avial Bell, propietario de Condor Georadar, una empresa madrileña especializada en rastreos. En uno de los puntos señalados por el experto fueron localizados los huesos: a dos metros de profundidad, tapados con plásticos y lonas, y cubiertos por más de media tonelada de piedras. Al extraer los restos, los agentes encontraron decapitadas a las víctimas, junto a las que había enterradas varias esposas, fustas y jeringuillas.
Los forenses no han establecido aún cómo murieron María del Carmen Espejo Gutiérrez, nacida en 1967, funcionaria de Turismo en Huelva, y su hijo Antonio, de cinco años. Se sabe que Genaro ha tenido a lo largo de su vida múltiples relaciones amorosas y fruto de ellas son varios hijos. Desde hace días, la policía había encontrado pistas de que el buscado, originario de Bolivia y dueño de una academia de enseñanza en Huelva, se había trasladado a Francia. Finalmente, fue localizado y arrestado poco antes de la una de la tarde de hoy en los alrededores de Toulouse.
Hace dos semanas, según recuerda el digital, la Brigada Judicial de Sevilla localizó sus esqueletos enterrados en un pozo de una finca de Almonaster la Real. La policía perseguía por su supuesta implicación en el caso a Genaro Ramallo Guevara, de 52 años, de origen boliviano, dueño del terreno y de una academia en la capital, que jamás había tenido tropiezos con la justicia.
El Grupo de Homicidios de Sevilla llegó hace tres meses a la plena convicción de que María del Carmen y su hijo estaban muertos y enterrados en el paraje conocido como la Huerta del Cura, a 100 kilómetros de Huelva.
Los agentes hicieron varias catas en la parcela, pero no hallaron nada. Por eso requirieron la ayuda de Luis Avial Bell, propietario de Condor Georadar, una empresa madrileña especializada en rastreos. En uno de los puntos señalados por el experto fueron localizados los huesos: a dos metros de profundidad, tapados con plásticos y lonas, y cubiertos por más de media tonelada de piedras. Al extraer los restos, los agentes encontraron decapitadas a las víctimas, junto a las que había enterradas varias esposas, fustas y jeringuillas.
Los forenses no han establecido aún cómo murieron María del Carmen Espejo Gutiérrez, nacida en 1967, funcionaria de Turismo en Huelva, y su hijo Antonio, de cinco años. Se sabe que Genaro ha tenido a lo largo de su vida múltiples relaciones amorosas y fruto de ellas son varios hijos. Desde hace días, la policía había encontrado pistas de que el buscado, originario de Bolivia y dueño de una academia de enseñanza en Huelva, se había trasladado a Francia. Finalmente, fue localizado y arrestado poco antes de la una de la tarde de hoy en los alrededores de Toulouse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario