Gibraleón volvió del Rocío

Una semana después de que los cohetes anunciasen la salida de la Hermandad del Rocío de Gibraleón, éstos volvieron a sonar aunque para comunicar la llegada de la comitiva.
La plaza de España fue el punto de encuentro para cientos de vecinos que quisieron saludar a los peregrinos que llegaban de la aldea almonteña.
Con el cansancio dibujado en la cara de muchos peregrinos, que no ocultaban tampoco la satisfacción de los días de convivencia disfrutados, la comitiva desfiló antes de iniciarse un acto en el que el presidente de la Hermandad, Francisco Fernández, agradeció la colaboración de todos y presentó a la nueva hermana mayor, Carmen Fernández, quien se fundió en un abrazo con la hermana mayor saliente, Loli Díaz.

Ambas se emocionaron y con lágrimas en los ojos y apenas voz para expresarse, lanzaron vivas a la Blanca Paloma.
Tras el acto, ante una representación de la Hermandad y del Ayuntamiento, se despidieron los peregrinos. Para el alcalde, Gibraleón ha cumplido a la perfección con su compromiso de cariño y devoción hacia la Señora de Pentecostés.
Mientras tanto, el presidente de la Hermandad destacó que todo había salido a la perfección.
Y finalmente, la nueva hermana mayor comentó que para ella era un privilegio asumir este cargo.
La Hermandad olontense comienza ya a pensar en la romería del próximo año así como en los actos y cultos previos con los que, a lo largo de los próximos doce meses, demostrará su devoción a la Pastora almonteña.