martes, 26 de junio de 2012

Aljaraque pone en marcha el Banco del Tiempo


Soy de los que piensan que también la crisis puede tener su lado positivo. La solidaridad. Entre las noticias que hoy han atiborrado los buzones a los que uno suele echar un vistazo para contar cosas, hay una que me ha llamado la atención. Y me ha encantado.
Tal vez no sea la primera vez que se pone en marcha. Pero aplaudo la iniciativa de Aljaraque de crear ese Banco del Tiempo, una iniciativa que permitirá hacer favores, ejercer diferentes saberes y poner en práctica diferentes talentos y, cómo no, acceder a servicios que serían casi inaccesibles a precio de mercado.
La idea de ponerla en marcha ha sido del Ayuntamiento de esa localidad, a través de la Concejalía de Servicios Sociales, Igualdad y Mayores. Su responsable, la concejal Ana María González, lo tiene claro: “queremos crear una red de solidaridad, algo más que necesario en estos tiempos tan difíciles que vive toda la sociedad, en la que se puede intercambiar varios servicios sin circular el dinero saliendo así muy beneficiadas todas las personas que actúan en ella. Y es que aquél que se inscribe en el Banco del Tiempo propone una serie de servicios a otras personas y, en contrapartida, solicita los servicios que necesita.


De esta forma, se pueden encontrar labores de cocina, fontanería, mecánica, plancha, recados, informática, idiomas, peluquería, electricidad o pequeñas reparaciones, entre otros muchos aspectos. La puesta en marcha de esta experiencia manifiesta que existen valores solidarios fuertemente arraigados entre la población y que estos se deben favorecer con el objeto de obtener apoyo de forma organizada y continua”.

Y es que la filosofía de los ‘Bancos del Tiempo’, que ya se llevan a cabo en muchos lugares, se basa en cinco principios: la confianza, ya que las actuaciones se realizan en razón a la buena voluntad de los participantes; la ausencia de lucro, ya que no originarán que las personas participantes se beneficien económicamente; la correspondencia mutua, porque el asistido alcanza el compromiso de prestar una determinada asistencia cuando sea requerido para ello; la autonomía, ya que los intervinientes en una asistencia tienen absoluta libertad para diseñar y llevar a cabo la prestación del servicio (siempre y cuando se concierte bajo el arbitrio y control de la administración del sistema); y el bien común y el equlibrio, porque las personas participantes logran la solución de sus problemáticas procurándose además, en la medida de las posibilidades, que las personas participantes traten de aportar más de lo que reciban, originando un balance positivo a favor de la comunidad.

De este modo, se pretende también facilitar la integración social de sectores de la sociedad que por algún motivo estén relegadas (como puede ser el caso de los inmigrantes), potenciando el intercambio de servicios con minorías y aprendiendo así a conocerles. Otras consecuencias positivas de esta iniciativa será aumentar la confianza y la interdependencia mutua entre los miembros, lo que logrará actitudes positivas entre las personas y favorecer la autoestima.

En este marco, por ejemplo, se puede intercambiar atención a las personas, acompañar a niños al colegio o a diferentes actividades, leer cuentos o jugar, acompañar a personas mayores al médico, realizar gestiones en la calle, el cuidado del cuerpo y de la salud (a través de automaquillaje, cuidado del cabello, cambio de imagen), hacer tareas domésticas como hacer la compra, coser, planchar… y reparaciones domésticas (bricolaje, cuidar animales, plantas, pintura…e incluso informática -pasar trabajos a ordenador, asesoramiento informático-…) También se incluyen mejora en los idiomas (clases, traducciones, conversación) o formación (apoyo para realizar deberes, música, pintura, dibujo, decoración...)

Para solicitudes y más información se puede contactar con el departamento de Servicios Sociales y el Área de Igualdad del Ayuntamiento de Aljaraque.

1 comentario:

mario dijo...

Muy buena idea, en estos tiempos la solidaridad debe ser un arma, y más arrimar el hombro. Ojalá y la crisis acabe más pronto que tarde.