domingo, 16 de septiembre de 2012

La 'Reina de Gibraleón' procesionó para agradecer la devoción que los olontenses le profesan

El capataz da las últimas instrucciones antes de la salida
En medio de cientos de miradas de devoción, la Virgen de los Dolores inició su procesión desde la iglesia de Santiago Apóstol en la noche del sábado.
 La ‘Reina de Gibraleón’, como ya la llaman muchos de sus devotos, paseó por las calles más cercanas al templo, seguida por la Banda de la Salud de Huelva, que dio solemnidad al desfile.
De esta forma, la Hermandad del Santo Entierro, a la que pertenece, festejaba la festividad de los Dolores.
Antes de la procesión tuvo lugar una solemne eucaristía, donde la presidenta de la Hermandad, Elena Calvo, cuidaba hasta el más mínimo detalle para que todo transcurriese dentro de la esperada normalidad.

Fuera de la iglesia, otro de los directivos, Jesús Calvo, también confiaba en que un año más Gibraleón se echase a la calle para saludar a la Virgen, que cada Viernes Santo impregna de solemnidad y recogimiento la estación de penitencia que protagoniza.
Al frente de la cuadrilla de 40 costaleros, José Ramón Romero, quien también confiaba en que todo saliese a pedir de boca.
‘Ay que bonita’, comentaban algunas de las devotas que acudieron a las puertas tel templo santiaguista para contemplar ‘in situ’ la salida de la Señora. Y poco o nada importó que esa tarde y noche hiciese ‘recarmón’ en las calles olontenses.
Un año más, la Virgen de los Dolores quiso saludar a sus fieles y agradecerles la devoción que le profesan.

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