domingo, 11 de mayo de 2014

Medicina para el alma



Lepe, 11.05.14 (Candilerías).- Desde hacía días las calles lo anunciaban. El nerviosismo se palpaba en el ir y venir de tus hijos. Y tú, Madre, aguardabas impaciente el momento en que se abriesen de nuevo las puertas de tu casa para recibir ese cariño que, en forma de flores, de nuevo te han dejado. 

En la noche del viernes tuve la suerte de tenerte cerca y vi la satisfacción que reflejaba tu cara por la pasión que pone cada año tu pueblo, Lepe. Y también vi la emoción en el rostro de quienes al pasar a tu lado te piropeaban y te lanzaban vivas.

En todos tus hijos intuí lo mismo: corazones desbocados y gargantas rotas.

Por eso, sirvan estas breves líneas para agradecerte que me hayas dejado este año estar junto a ti, Bella, para intentar narrar lo que mis ojos han visto. Y lo que mi corazón ha sentido. No es poco, créeme.
(Fotos: Antonio Maestre González)

No hay comentarios: