Cartaya, 13.07.15.- Cartaya esperaba ansiosa la llegada de su Madre. Han sido nueve
interminables meses en los que la Señora ha sido sometida a diversas
labores de restauración en un taller sevillano y el sábado miles de
fieles se echaron a la calle para mostrarle su cariño.
Pasadas las nueve y media de la tarde noche, se abrían las puertas
de una nave que un particular cedió en la avenida de Villablanca para
iniciar una procesión que le llevaría, horas después, hasta su ermita.
A lo largo del recorrido se vivieron escenas de emoción como cuando
la Virgen de Consolación paró a las puertas del comedor social que lleva
su nombre, donde uno de sus voluntarios, Diego Méndez, le agradeció su
continua intercesión a favor de los que menos tienen.
El presidente de la Hermandad y responsable de dicha obra social, Manuel Pérez, que se mostró emocionado desde antes del inicio de la procesión, rompió a llorar.
El presidente de la Hermandad y responsable de dicha obra social, Manuel Pérez, que se mostró emocionado desde antes del inicio de la procesión, rompió a llorar.
Pero no fueron las únicas lágrimas que se derramaron a lo largo del
recorrido. Muchas de las mujeres que llevaban en andas a la Virgen
apenas podían contener su emoción y este sentimiento contagió a quienes
tenían a su lado.
Otro de los momentos emotivos fue cuando, a la altura del Centro de
Mayores, los integrantes de la rondalla ‘Amigos de la Música’ recibieron
a la Virgen con el himno de Consolación.
Al compás de la Banda del Ateneo Musical de Cartaya, la Virgen
desfiló primero por la calle Gibraleón primero, para seguir
posteriormente por la que lleva su nombre.
El presidente de la Hermandad agradeció el respaldo de los
cartayeros en este recibimiento y felicitó al escultor e imaginero Darío
Fernández por el trabajo realizado para devolver la talla a su estado
más óptimo.
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