Inmuebles de Isla Canela, en "ruina" pese a que fueron construidos hace poco más de un lustro

“Un paraíso en ruinas”. Así definen al complejo urbanístico de Isla Canela, en Ayamonte, muchos de los que hace poco más de un lustro invirtieron sus ahorros o se embarcaron en una hipoteca a largo plazo al comprar alguno de los inmuebles que ha ofertado la inmobiliaria Pryconsa en las distintas promociones de la zona. Y es que, a lo largo de los cinco kilómetros que ocupa la citada franja costera, se torna harto difícil hallar una construcción de nueva planta que carezca de graves defectos constructivos, según aseguran los afectados.
El vicepresidente de la comunidad de propietarios de Playa Canela I, Santiago Ladero, anunció a El Mundo-Huelva Noticias que Pryconsa recibirá un aluvión de denuncias judiciales en los próximos meses debido a esta situación de “tremenda ruinosidad”, al tiempo que no descartan otras movilizaciones de forma paralela.
Para empezar, según señalan los afectados, en el extremo más occidental, está la urbanización San Bruno, donde sus vecinos están a la espera del resultado de un informe sobre resistencia sísmica que debe aclarar la causa de las grietas que cíclicamente aparecen en una de sus edificaciones. Si el informe es negativo, la única solución podría ser demoler la zona afectada.
Justo en el otro extremo, en la llamada Punta del Moral, junto a un hotel de lujo frecuentado por equipos de fútbol de primer nivel, se encuentra la urbanización El Faro, cuyo caso es aún más grave, pues sufre numerosos defectos constructivos que Pryconsa “se niega en redondo a reparar”; circunstancia ésta que movió a los propietarios a colgar durante un par de años una gran pancarta en la fachada para denunciar la situación; pero de nada sirvió. Pryconsa aguantó el pulso, pues a pesar de todo seguía vendiendo apartamentos, y los vecinos terminaron arrojando la toalla y retiraron el cartel por miedo a que éste devaluara sus viviendas.
Al lado de El Faro están las cuatro fases de la urbanización La Marina, donde se hallan ejemplos prototípicos de “chapuza española”. El “genial diseño” de estos bloques, que fueron construidos hace apenas cinco años, según los residentes, no tuvo en cuenta los vientos dominantes de la zona y eso provoca que cada vez que llueve se inunden las escaleras, a las que accede franca el agua a través de los grandes ventanales que tiene abiertos a poniente. Y cuando no es la lluvia, es la piscina que no cuenta con un aislamiento correcto. Pero los problemas no se quedan en las humedades, el cemento de la fachada presenta síntomas de corrupción contra los que no parecen surtir mucho efecto las reparaciones superficiales que ha realizado Pryconsa y que se parecen mucho a los que se han detectado en una de las urbanizaciones de más reciente construcción: Canela Park, donde los propietarios han encargado un informe a la prestigiosa empresa Vorsevi para averiguar su origen.
Lo más preocupante para los habitantes de estas últimas urbanizaciones es que los síntomas que se advierten en sus fachadas son los mismos que hace unos años comenzaron a aparecer en las de la urbanización Playa Canela, un edificio de apenas seis años de antigüedad pero que da la impresión de estar en “ruinas”. Su caso –dicen los afectados- debería ser estudiado en todas las facultades de Arquitectura del mundo como ejemplo paradigmático de lo que no se debe hacer en una construcción. “Porque Playa Canela tiene problemas literalmente de arriba abajo”. Y repasarlos –destacan los afectados- “pone los pelos de punta”, pues todos los pilares presentan ‘coqueras’, un defecto constructivo que deja en los pilares pequeños orificios a través de los cuales entra el aire salino oxidando su estructura metálica. En diez o doce años podrían no aguantar. Eso, por abajo. Por arriba, el hormigón con el que se sujetan las tejas del techo está ‘muerto’, no fija convenientemente, parece que por una mala manipulación. La empresa Vorsevi, que inspeccionó a fondo este edificio, se dirigió mediante burofax al presidente de la comunidad alertándole del riesgo que podía suponer para las personas la posibilidad inminente de que se produjeran desprendimientos. Debido a ello, los vecinos han tenido que poner de sus bolsillos una fuerte suma para fijar los techos con redes protectoras y sanear las paredes para evitar una desgracia. El saneamiento de las paredes obedece a que el mortero que las cubre se deforma con la humedad como si fuera papel y se desprende; un trozo de varios metros cuadrados vino a caer sobre una terraza, destrozando una mesa. Afortunadamente, no había nadie asomado en ese instante. La tragedia se roza cada día, pero Pryconsa no hace nada por evitarla ni por atender los requerimientos de los vecinos.
Si se tiene en cuenta que el más barato de los apartamentos de Playa Canela costó 120.000 euros, pero hay quien ha pagado más de 400.000 por uno de los más caros, se comprende la indignación de sus vecinos. Según los especialistas, el calamitoso estado de este edificio obedece a que fue construido en seis meses en vez de en los dos años que en realidad hubiera necesitado dadas sus características.
Problemas similares a los de las viviendas presentan también los hoteles de reciente construcción en la zona, todos ellos propiedad de la inmobiliaria Pryconsa, pero gestionados por empresas del sector. Uno de ellos, el Hotel Playa, cuenta con una brigadilla permanente de albañiles que se encarga de solucionar los problemas que constantemente van apareciendo. Al igual que en el caso de las viviendas privadas, la promotora se niega a atender los requerimientos de la empresa hotelera para que se haga cargo de las reparaciones.