domingo, 2 de octubre de 2011

Miserias de la globalización

 “Es la ley de la selva, el más fuerte se queda con los recursos y, está claro, que el europeo es más fuerte que el africano”. Esta respuesta de un profesor reconvertido a pescador en ‘La pesadilla de Darwin’, con una mezcla de resignación y dignidad, evidencia el sentimiento de las víctimas en el desastre de la globalización en África que refleja este documental, de Hubert Saupert.
            Este trabajo pone de manifiesto que la introducción en los años 50, casi clandestina, de la perca en el lago Victoria, no solo supuso un desastre medioambiental en el mismo, ya que provocó la extinción de más de 210 especies de su fauna piscícola,  sino también de carácter social


Y es que esta especie, cuya población se disparó rápidamente, dio lugar a una emergente industria privada de procesado y comercialización de filetes destinados, exclusivamente, a la exportación al ‘primer mundo’, al que en 2002 se destinaron 72 millones de kilos de perca.

            Mientras tanto, quienes habitan alrededor del lago no se pueden permitir ni siquiera comprar el pescado que ellos mismos han capturado o han procesado y han de limitarse a consumir los desperdicios de la industria procesadora y las espinas.

            En concreto, son 25 millones de personas las que viven en el entorno del lago tropical más grande del mundo, más de la mitad de las cuales se encuentra en situación de desnutrición y a las que la ayuda internacional destina, en el mejor de los casos, sacos de harina y arroz.

            Pero además, los aviones que acuden diariamente para recoger filetes de la perca del Nilo, como se conoce esta especie, podrían descargar otro tipo de ‘mercancías’: material bélico con destino a las guerras del área central del continente africano, según sugiere el documental. Las respuestas esquivas tanto de los pilotos comerciales de la antigua Unión Soviética como de un pescador así lo hacen temer.

            De forma consciente o inconscientemente, todos, en menor o mayor grado, hemos contribuido en Europa a mantener este desastre. Cada uno de nosotros hemos aportado nuestro granito de arena comienzo filetes de ‘mero’, nombre que aquí recibe la perca del Nilo, pensando que se trata de un pez inofensiva, tal vez capturado en nuestras costas.             De hecho, se calcula que en España el consumo a la semana de perca se sitúa alrededor de las 150 toneladas, cantidad que cubriría las necesidades básicas de proteína de gran parte de la población desnutrida del entorno del lago, que abarca territorio de los países de Tanzania, Uganda y Kenya.

            Sin embargo, ante la indiferencia y arrogancia de Europa, en el ‘tercer mundo’ sus habitantes han de conformarse con subsistir en la miseria y, en el mejor de los casos, optar a que sus hijos se conviertan en ‘soldados’ o ‘semiesclavos’ y sus hijas se conformen con ejercer de sirvientas o prostitutas.

            Tras cientos de años de esclavitud y colonialismo en África, la globalización que nos muestra ‘La pesadilla de Darwin’ supone un nuevo ejemplo de humillación para este continente. Sin embargo, el fenómeno de la pesca del Nilo también se ha dado en otros países donde la explotación del petróleo, los diamantes o cualquier otro mineral han supuesto miseria para los territorios donde se hallan y riqueza para quienes los administran o importan.

            Tras la realización de este documental, que fue premiado en 2004, varias organizaciones pusieron en marcha en España la campaña ‘No te comas el mundo’, para denunciar la pérdida de soberanía alimentaria de los ciudadanos de muchos países, entre ellos los afectados por el fenómeno de la perca del Nilo.

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