La Guardia Civil mantiene la orden de búsqueda y captura contra el presunto empresario de hostelería que estafó a unas 60 personas en Isla Cristina, tras lo que se dio a la fuga.
Los hechos tuvieron lugar hace cuatro meses, y desde entonces, agentes de la benemérita llevan a cabo diversas gestiones que, según ha informado Canalcosta TV, siguen sin dar frutos.
Las víctimas de la estafa lamentan que desde la benemérita no se les facilite información con el argumento de que podría entorpecer la investigación en marcha.
El presunto estafador engatusó a sus víctimas haciéndoles creer que trabajarían en seis restaurantes que abriría en Isla Cristina así como en La Redondela y Urbasur. A cada uno de ellos les cobró la cuantía de 180 euros por sus gestiones, lo que sumó más de 10.000 euros.
Aunque los afectados presentaron sus currículos profesionales, el presunto empresario nunca llegó a revisarlos, ya que se limitaba a cobrar la cuantía anteriormente citada.
Una vez en con el dinero en su poder, se dio a la fuga. Los bares y restaurantes apalabrados para regentar no llegaron a abrir nunca. Los estafados no pudieron recuperar su dinero y los propietarios de dichos establecimientos no vieron un duro del alquiler prometido por este individuo de cuyo paradero nada se conoce.
Los hechos tuvieron lugar hace cuatro meses, y desde entonces, agentes de la benemérita llevan a cabo diversas gestiones que, según ha informado Canalcosta TV, siguen sin dar frutos.
Las víctimas de la estafa lamentan que desde la benemérita no se les facilite información con el argumento de que podría entorpecer la investigación en marcha.
El presunto estafador engatusó a sus víctimas haciéndoles creer que trabajarían en seis restaurantes que abriría en Isla Cristina así como en La Redondela y Urbasur. A cada uno de ellos les cobró la cuantía de 180 euros por sus gestiones, lo que sumó más de 10.000 euros.
Aunque los afectados presentaron sus currículos profesionales, el presunto empresario nunca llegó a revisarlos, ya que se limitaba a cobrar la cuantía anteriormente citada.
Una vez en con el dinero en su poder, se dio a la fuga. Los bares y restaurantes apalabrados para regentar no llegaron a abrir nunca. Los estafados no pudieron recuperar su dinero y los propietarios de dichos establecimientos no vieron un duro del alquiler prometido por este individuo de cuyo paradero nada se conoce.
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