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| La Virgen del Mar procesiona antes de su embarque (Fotos: ASC) |
Como cada año, la devoción se desbordó antes, durante y después de la procesión. Los vecinos de Punta del Caimán, en Isla Cristina, no dejaron de lanzarle piropos y vivas a su Patrona durante toda la tarde y noche de este domingo, ‘día grande’ de las fiestas que en su honor se han venido celebrando desde el pasado jueves en esta barriada tan marinera como noble y acogedora.
A las cuatro de la tarde se abrían de par en par las puertas de la iglesia donde se custodia la Virgen, que fue llevada a hombros hasta el monumento al Marinero, donde se vivió uno de los momentos más emotivos. Por la memoria de muchos de los presentes pasaron, a buen seguro, nombres de muchos que ya no están y que hicieron en su día de la mar su segundo hogar.
Para la presidenta de la Hermandad de Nuestra Señora del Mar, María Casado, la devoción y el cariño que Punta del Caimán profesa a su Patrona va cada año en aumento.
También la alcaldesa de la localidad, María Luisa Faneca, destacó la singularidad de estas fiestas, que atraen tanto a vecinos como visitantes y proclamó su cariño a la Patrona de la barriada.
Posteriormente, la Virgen fue embarcada para bendecir las aguas que bañan La Higuerita, tras lo que la imagen pudo oír, de nuevo, las sevillanas que salieron de gargantas y corazones henchidos de emoción y de devoción.
A las cuatro de la tarde se abrían de par en par las puertas de la iglesia donde se custodia la Virgen, que fue llevada a hombros hasta el monumento al Marinero, donde se vivió uno de los momentos más emotivos. Por la memoria de muchos de los presentes pasaron, a buen seguro, nombres de muchos que ya no están y que hicieron en su día de la mar su segundo hogar.
Para la presidenta de la Hermandad de Nuestra Señora del Mar, María Casado, la devoción y el cariño que Punta del Caimán profesa a su Patrona va cada año en aumento.
También la alcaldesa de la localidad, María Luisa Faneca, destacó la singularidad de estas fiestas, que atraen tanto a vecinos como visitantes y proclamó su cariño a la Patrona de la barriada.
Posteriormente, la Virgen fue embarcada para bendecir las aguas que bañan La Higuerita, tras lo que la imagen pudo oír, de nuevo, las sevillanas que salieron de gargantas y corazones henchidos de emoción y de devoción.
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