lunes, 14 de enero de 2013

La Fiscalía ve indicios de delito en los presuntos abusos que denunció una joven masajista

La denuncia se produjo tras una prueba para masajista
La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Huelva ha visto indicios de delito en la denuncia de una joven de 25 años de edad vecina de Huelva sobre los presuntos abusos deshonestos sufridos durante una prueba para trabajar como masajista en un SPA, y ha elevado el caso para ser estudiado por la vía penal.
Según han informado fuentes de la investigación, el Fiscal ha desestimado la posibilidad de que el asunto se solucione mediante un juicio de faltas, y lo ha elevado a juicio ordinario, por lo que el presunto autor de los hechos se podría enfrentar a una acusación de abusos sexuales.

Las fuentes han indicado que esta vía, aunque no agota la posibilidad de un acuerdo, indica que el Fiscal "han visto que hay hechos constitutivos de delito", de modo que el proceso entra en la espera para iniciar el procedimiento previo.
Según la denuncia, la joven acudió el pasado 26 de diciembre a una entrevista de trabajo, con el fin de ocupar una plaza como masajista en el SPA de un hotel de la costa onubense, para realizar una prueba que, se desarrolló con normalidad hasta que, una vez que ella misma le hizo un masaje al encargado del SPA, porque no había ningún cliente en ese momento, él le pidió que fuese ella la que recibiese el masaje.
Según le dijo, a él le había gustado su forma de trabajar, pero ella tenía que recibirlo para que comprobase "como es el método de trabajo de la empresa y los pasos a seguir por ellos".
Así, la denuncia recoge que, en un momento del masaje -según recuerda el periodista Fermín Cabanillas-, el encargado se colocó frente a ella "de puntillas para hacerle llegar su miembro erecto a la altura de la cabeza", y posteriormente se estiró sobre su espalda, "notando su aliento en la espalda y su miembro en la cabeza totalmente erecto", le entrelazó las manos y le tocó los pechos.
En ese momento, según relata, tuvo que emplear la fuerza para soltarle las manos, ya que inicialmente él no quería hacerlo, le dijo que no estaba cómoda y salió de la estancia, "porque en cuatro años de experiencia como masajista nunca había sufrido una situación semejante".

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