El juicio, celebrado hoy, se ha basado en unos hechos ocurridos el pasado marzo, cuando un conductor avisó a la Policía Local de Lepe de que el coche que se encontraba ante él en un semáforo era conducida por una persona que se había quedado dormida al volante.
Cuando los agentes accedieron a la zona y requirieron que el conductor bajase la ventanilla del vehículo, éste continuó la marcha, y fue detenido en el siguiente semáforo, momento en el que los agentes le sometieron a un test de alcoholemia que dio positivo.
No obstante, el conductor requirió en ese momento la presencia de un abogado, que le aconsejó que reclamase un contra análisis de sangre, que verificase el anterior, por lo que los agentes le llevaron al centro de salud de la localidad.
Sin embargo, en el centro fueron informados de que no estaban preparados para realizar la prueba, por lo que recomendaron a los agentes que trasladasen al conductor al hospital Infanta Elena de Huelva, lo que no era posible al salir de la jurisdicción de la Policía Local, según informó el periodista Fermín Cabanillas.
De esta forma, a la espera de la sentencia, la ausencia de la segunda prueba requerida en tiempo y forma por el conductor, invalida la primera, de modo que el juez se deberá apoyar para cerrar el caso en el testimonio de las partes que han acudido hoy a la vista.
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