La supuesta e ilegal aplicación se denominaba WhatsappSPY y para acceder a ella el detenido pedía un número de teléfono con el que se obtendría un supuesto código de activación.
Sin embargo, en realidad lo que hacía el acusado era suscribir a su titular a un servicio de SMS Premium.
La supuesta aplicación, cuya instalación y manejo se anunciaba como muy sencilla, permitiría ver las conversaciones de otros usuarios de Whatsappp en tiempo real.
Para publicitar el inexistente programa, el arrestado accedió a una red social a través de perfiles robados, haciéndose con las credenciales de más de 11.000 usuarios.
En concreto, obtenía las claves mediante técnicas de phishing por medio de una web, cuya dirección y apariencia era similar a la genuina de la red social, en la que solicitaba el login y la contraseña de los usuarios que quisieran descargar el programa.
Desde los perfiles hackeados enviaba spam a las listas de contactos anunciando la aplicación, con lo que lograba viralizar la existencia de un software que en teoría permitiría interceptar los mensajes de una de las aplicaciones más utilizadas hoy en día.
La Policía estima que en tan solo dos meses podría haber obtenido unos beneficios que superarían los 40.000 euros.
Hace varios meses aumentaron los rumores por Internet sobre la existencia de una aplicación que permitiría la intervención de las conversaciones de Whatsapp. Esta intervención de las comunicaciones se anunciaba que podía realizarse por parte de cualquier persona que dispusiera de un teléfono inteligente, únicamente siguiendo unos sencillos pasos.
A raíz de una denuncia formulada por parte de una red social se tuvo conocimiento de que el principal canal a través del cual se estaba anunciando la descarga de esta inexistente aplicación era desde los numerosos perfiles hackeados a sus usuarios.
En el registro realizado en el domicilio del acusado, en Murcia, se intervinieron un ordenador y cuatro discos duros que están siendo analizados por los especialistas de la Policía Nacional.
Más en concreto, la operación ha sido realizada por agentes de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Comisaría General de Policía Judicial en colaboración con la Jefatura Superior de Policía de la capital murciana.
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