Madrid, 06.01.15.- (Texto: Mediterráneo Digital) Han prometido que llegaban para cambiarlo todo. Y a fe que piensan cumplirlo a rajatabla. La irrupción del fenómeno Podemos en España, va camino de dinamitar y hacer saltar por los aires, no sólo la estructura política del sistema democrático del 78, sino todo aquello que va implícito en algunas de las creencias y costumbres más arraigadas de la cultura popular de nuestro país. Con especial saña en las que van ligadas, directa o indirectamente, con las liturgias de la tradición cristiana. El comunismo nunca tuvo una relación especialmente fluida con Dios.
El círculo de Podemos en la localidad madrileña de Anchuelo, caracterizado por su especial radicalidad y beligerancia en las redes sociales (llegó a 'justificar' el intento de atentado de Atocha, pidiendo ayuda para el magrebí y acusando de 'terroristas' a los 'medios fascistas') volvía a la carga vomitando sus bilis de rencor hacia una jornada tan aparentemente blanca y cargada de sentimentalismo como el Día de los Reyes Magos. Una de las celebraciones populares más típicamente españolas.
'La tradición de los Reyes Magos representa lo más podrido de este putrefacto país: la monarquía, el consumismo y el cristofascismo #ASCO', tuiteaba a través de su perfil oficial.
Una curiosa declaración de intenciones que amenaza con erradicar, de una tacada, la fiesta por excelencia de los niños de nuestro país durante varias generaciones. Todos hemos crecido con Melchor, Gaspar y Baltasar. Con la magia de las Cabalgatas y la emoción de las esperadas mañanas de cada 6 de Enero. Hasta que llegó Podemos.
La surrealista apreciación, por extraño que parezca, no debería de sorprendernos: todos los régimenes comunistas, a lo largo de la historia, no han permitido más liturgias oficiales que las destinadas a su propia autocomplacencia. Ni en los países de la antigua URSS, ni en China, ni en Cuba, ni en la actual Corea. Para la gente de Podemos, de oriente, sólo llegan a España inmigrantes en patera. El resto, es fascismo puro.
1 comentario:
Las prohibiciones deben seguir quedando en el plano más adecuado acorde con las libertades, como siempre. Lo más peligroso de "prohibir", es cuando se hace por decreto como una norma políticamente corresta, o sea, impuesta por un Gobierno. Es ahí, donde empieza o debe empezar la cautela, pues siempre, o casi siempre, el objetivo es político e impuesto por otro tipo de entes que no ejercen la política, sino que la controlan. Los Reyes (Magos), en este caso, si es cierto que son una tradición pagana. Pero, apoyada por esos entes que controlan, no solo la política, sino la vida ciudadana, en general. Los niños que la crisis deja sin jueguetes no esperan a ningúna organización o congregación de religiosos/as a su puerta con turron y caramelos. Cáritas se sustenta con lo que todos sabemos, pues nos vendrá a la mente la sigla. Quizás el detalle en el que habría que ahondar más, sería en el de inspeccionar más atentamente las medidas de seguridad de los Actos como los de las Cabalgatas, porque sus organizadores (autoridades Municipales), estarían mirando para otros muchos lados. Los seguros de responsabilidad civil de los Ayuntamientos, dejan mucho que desear en muchos casos. Los últimos acontecimientos nefastos en festejos de este tipo se han llevado a un niño de seis años en Málaga, y a su madre días después a consecuencia del impacto emocional complicado con una enfermedad. Un hombre se halla pidiendo lo suyo mientras permanece tetraplejico por ser Rey para los niños. Y, por último, un joven de 20 años se ha dejado la vida con un cable y su disfraz de fiesta...¿Tendrán que enfrentarse sus padres ahora a otro Vía Crucis Real para pedir responsabilidades? Y si así fuera, ¿podrían encomendarse a los Reyes Magos?.
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