La localidad isleña, a propuesta de la Asociación Amigos de Isla Cristina en Madrid, reconocerá este sábado, a título póstumo a Rodolfo Cañete, que recibirá el Homenaje al Isleño del Año.
Cañete, hijo de don Jacinto, un maestro que pasó por la cárcel por sus ideas de izquierda, llegó a Isla Cristina con solo dos años. Allí conoció a la que sería su esposa, Begoña Bilbao. Posteriormente se marchó a Madrid. Fue jefe de ventas de unos laboratorios farmacéuticos, aunque una reestructuración salvaje lo dejó en la calle, lo que hizo que abriese ‘La mar salada’, un local donde se reunían muchos de los isleños residentes en la capital del Reino. Además, fue el penúltimo presidente de la asociación que ahora le distingue.
Uno de sus fundadores, Rafael López, le recuerda como una “gran persona”. “Siempre vitalista, muy optimista, todo en él era risa y canto, parecía no tener ningún problema, sólo tenía un gran corazón”, señaló.
Sin embargo, en diciembre de 2007 murió de forma repentina. Se fue sin hacer ruido a sus 61 años de edad. Los médicos le diagnosticaron un tumor cerebral y en una semana falleció. Eso sí, le dio tiempo a despedirse de sus amigos.
El homenaje tendrá lugar en el transcurso de una cena que tendrá lugar en el salón ‘Los Jardines’ de la localidad isleña, a la que asistirán familiares y allegados del homenajeado así como la alcaldesa del municipio, María Luisa Faneca, entre otras autoridades.
Cañete, hijo de don Jacinto, un maestro que pasó por la cárcel por sus ideas de izquierda, llegó a Isla Cristina con solo dos años. Allí conoció a la que sería su esposa, Begoña Bilbao. Posteriormente se marchó a Madrid. Fue jefe de ventas de unos laboratorios farmacéuticos, aunque una reestructuración salvaje lo dejó en la calle, lo que hizo que abriese ‘La mar salada’, un local donde se reunían muchos de los isleños residentes en la capital del Reino. Además, fue el penúltimo presidente de la asociación que ahora le distingue.
Uno de sus fundadores, Rafael López, le recuerda como una “gran persona”. “Siempre vitalista, muy optimista, todo en él era risa y canto, parecía no tener ningún problema, sólo tenía un gran corazón”, señaló.
Sin embargo, en diciembre de 2007 murió de forma repentina. Se fue sin hacer ruido a sus 61 años de edad. Los médicos le diagnosticaron un tumor cerebral y en una semana falleció. Eso sí, le dio tiempo a despedirse de sus amigos.
El homenaje tendrá lugar en el transcurso de una cena que tendrá lugar en el salón ‘Los Jardines’ de la localidad isleña, a la que asistirán familiares y allegados del homenajeado así como la alcaldesa del municipio, María Luisa Faneca, entre otras autoridades.
2 comentarios:
Merecido reconocimiento a Rodolfo, un gran hombre, amigo de todos, y con gran corazón como ha dicho Rafael.
Ya, pero ha despertado poco interés el tema.
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