martes, 24 de noviembre de 2009

Gritando en silencio

Veintitrés años gritando en silencio. Veintitrés años intentando comunicarse con un entorno que le creía en coma. Veintitrés años soñando con que alguien, de una vez, se diese cuenta de que, pese a todo, estaba consciente. Aunque nadie se percatase de ello. El belga Rom Houbens -de 46 años- sufrió un accidente de tráfico en 1983, tras el cual quedó en estado vegetativo y con la consciencia "extinguida", según diagnosticaron los médicos que le atendieron entonces en el hospital de la localidad belga de Zolder.
Pero la realidad era que Houbens era consciente de lo que ocurría a su alrededor todo este tiempo, sólo que no podía comunicárselo a médicos ni familiares mediante gestos o palabras.
Su caso empezó a ser reevaluado hace tres años por un equipo de neurólogos especialistas de la unidad de investigación del coma de la Universidad de Lieja y ha terminado con la conclusión de que Houbens se encontraba despierto todo este tiempo.
La unidad, liderada por el neurólogo Steve Laureys, descubrió que el paciente estaba despierto a partir de tratamientos experimentales.
Las conclusiones del estudio se utilizarán para otros casos de diagnósticos incorrectos en casos de coma.
En declaraciones recogidas por la prensa alemana, Houbens ha explicado gracias a su ordenador adaptado: "todo ese tiempo sólo, literalmente, soñaba con una vida mejor. La frustración es una palabra demasiado pequeña para describir lo que sentí". Y tanto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

esa sensación de querer hablar o comunicar y que nadie te escuche debe ser terrible, sentir a la gente y ver que ellos no te ven... uff, debe ser lo peor

saludos!

NanoT dijo...

Una sensación muy similar a la de una peli recientemente de moda otra vez por la muerte de su protagonista, La Cabina, de J.L. López Vázquez. También él quiso hablar, y gritó y gritó pero nadie le escuchó...

rafi_68 dijo...

¿¿ Cuanta gente no habrá queriendo comunicarse con nosotros y creemos que no nos ven ni nos oyen ?? Es que la ciencia aún tiene muchas sorpresas por darnos, creo yo.