No hubo ‘tesoro’ en la iglesia Santo Domingo de Guzmán de Lepe, pero sí en una antigua ermita, a la que posteriormente se le dio diversos usos, entre ellos el de matadero, y en los últimos años viene siendo bjeto de diversas obras de restauración.
El ‘tesoro’ hallado, y que han puesto al descubierto dichos trabajos, consiste en unos frescos que los expertos han datado en el siglo XV, aunque se no ha podido precisar aún quién es el autor original de las pinturas, que se han salvado en casi toda la extensión de la cúpula del edificio, parte de la cual aparece en esta imagen.
Así lo ha explicado el alcalde del municipio, Manuel Andrés González, al periodista local Fermín Cabanillas. El primer edil ha señalado que las pinturas, que tienen una base con una inscripción en latín, han sido recuperadas tras ser descubiertas durante los trabajos de restauración del edificio, que originariamente fue una ermita, aunque tras quedar en desuso a mediados del siglo XX, ha sido utilizado para distintas labores, la última de ellas como matadero.
Las pinturas se encuentran en varias zonas de la ermita, pero sobre todo en el techo, donde la cal que se utilizó en su día para taparlas ha terminado por conservarlas en un relativo buen estado. Los técnicos que han estudiado las pinturas han detectado que en muchos casos son de carácter religioso, aunque sin una temática fija, ya que la ermita "primero fue mudéjar, y luego cristiana", por lo que no hay un tipo concreto de diseño de las pinturas.
El ‘tesoro’ hallado, y que han puesto al descubierto dichos trabajos, consiste en unos frescos que los expertos han datado en el siglo XV, aunque se no ha podido precisar aún quién es el autor original de las pinturas, que se han salvado en casi toda la extensión de la cúpula del edificio, parte de la cual aparece en esta imagen.
Así lo ha explicado el alcalde del municipio, Manuel Andrés González, al periodista local Fermín Cabanillas. El primer edil ha señalado que las pinturas, que tienen una base con una inscripción en latín, han sido recuperadas tras ser descubiertas durante los trabajos de restauración del edificio, que originariamente fue una ermita, aunque tras quedar en desuso a mediados del siglo XX, ha sido utilizado para distintas labores, la última de ellas como matadero.
Las pinturas se encuentran en varias zonas de la ermita, pero sobre todo en el techo, donde la cal que se utilizó en su día para taparlas ha terminado por conservarlas en un relativo buen estado. Los técnicos que han estudiado las pinturas han detectado que en muchos casos son de carácter religioso, aunque sin una temática fija, ya que la ermita "primero fue mudéjar, y luego cristiana", por lo que no hay un tipo concreto de diseño de las pinturas.
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