El desarrollo turístico registrado en los últimos años no ha restado ni un ápice de encanto a las fiestas y tradiciones que Punta del Moral, ese trocito de tierra ayamontino bañado por el Atlántico, que este fin de semana rindió pleitesía a sus Patrones, San Antonio de Padua y la Virgen del Carmen.
Ayer, la barriada marinera vivió el día grande de sus fiestas patronales. Ya por la tarde, a las 18:00 horas, ambas imágenes recorrieron las calles de la barriada, con los sonidos de la Agrupación Musical “Cristo de la Buena Muerte”. Son varios los momentos culminantes y emotivos que se viven con esta procesión, uno de ellos a la llegada de los santos, al Muelle Refugio, de cara a los barcos, los cargadores y la gente de la barriada cantan la Salve Marinera.
Pero es quizás la entrada de San Antonio de Padua y la Virgen del Carmen en el Caño de la Moharra, el momento de mayor emoción, cuando los cargadores pasean por el agua a las imágenes y luego los cargadores salen de nuevo a la orilla de rodillas.
La procesión finaliza en la Plaza de Las Angustias, junto a la Iglesia, donde el grupo Puntamar, como ya es tradición, canta una sevillana, y por último tiene lugar la subasta de las varas y otros objetos. Este año, la vara de San Antonio de Padua ha sido subastada en 7.000 euros y la vara de la Virgen del Carmen en 8.000 euros.
Las Fiestas terminaron con una espectáculo de fuegos artificiales y la actuación de Falete que congregó a cientos de espectadores en el recinto ferial.
Ayer, la barriada marinera vivió el día grande de sus fiestas patronales. Ya por la tarde, a las 18:00 horas, ambas imágenes recorrieron las calles de la barriada, con los sonidos de la Agrupación Musical “Cristo de la Buena Muerte”. Son varios los momentos culminantes y emotivos que se viven con esta procesión, uno de ellos a la llegada de los santos, al Muelle Refugio, de cara a los barcos, los cargadores y la gente de la barriada cantan la Salve Marinera.
Pero es quizás la entrada de San Antonio de Padua y la Virgen del Carmen en el Caño de la Moharra, el momento de mayor emoción, cuando los cargadores pasean por el agua a las imágenes y luego los cargadores salen de nuevo a la orilla de rodillas.
La procesión finaliza en la Plaza de Las Angustias, junto a la Iglesia, donde el grupo Puntamar, como ya es tradición, canta una sevillana, y por último tiene lugar la subasta de las varas y otros objetos. Este año, la vara de San Antonio de Padua ha sido subastada en 7.000 euros y la vara de la Virgen del Carmen en 8.000 euros.
Las Fiestas terminaron con una espectáculo de fuegos artificiales y la actuación de Falete que congregó a cientos de espectadores en el recinto ferial.
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