¿Se va Diego Valderas?

Valderas y Camacho coincidieron con Polo en los estudios de Canalcosta

Diego Valderas es un hombre hecho a sí mismo. Un maestro de la política. Un izquierdista que no causa rechazo en aquellos que se mueven el limbo de las ideologías. Y sabe que la política es una carretera de paso. A veces una autovía. Por aquello de la comodidad. Por aquello de los rangos. Por eso, reconoce sin ambages que, tal vez, es hora de ir pensando en decir adiós. Al menos a un primer plano de esa cosa que los más cursis llaman ‘servicio público’.

Lo ha dicho en un día en el que ha visitado los nuevos estudios de Canalcosta TV: "En política hay que tener suficiente grandeza para subir escaleras... y más para bajarlas". Y el bollullero lo tiene claro: “Hay un magnífico banquillo” para tomar el relevo.

En la entrevista también habló de corrupción política. “Una cosa es meter la pata y otra muy distinta meter la mano… o la nariz”, el recordó el periodista que dijo en un anterior encuentro en la campaña de las autonómicas a propósito del revuelo originado por ese cuento de nunca acabar que llaman caso ERE, otra cursilada. O canallada, por aquello de que se han dilapidado mil millones de euros de las arcas públicas para pagar prejubilaciones a personas que nunca habían trabajado en las empresas que ponían los papeles. "Me debato entre la felicidad y la responsabilidad, y en este momento va ganando la felicidad -recalcó- y las ganas de recuperar espacio con amigos y familia". Está claro, Diego va diciendo adiós…