lunes, 11 de febrero de 2013

¿Por qué se va Benedicto XVI?

La renuncia de Benedicto XVI ha sido recibida con sorpresa
La dimisión del Papa, Urdangarín, millones de Barcenas, ERES fraudulentos... Algunas veces dudo si el día de los inocentes ya se ha acabado. Lo dice el amigo ‏@mjgilsevillano en Twitter, donde ‏@RufoMellado se toma la marcha de Benedicto XVI con humor. Llega Falete al Vaticano y dice: "Vengo por el puesto vacante" y le dice el portero: "Necesitamos un papa, no una papa". Otro amigo, Marcos Arizmendi, también encaja esta renuncia con ironía: “Éste hoy no se ha levantado muy católico”.
En otros foros, algunos rumorean incluso la posibilidad de que, dado su perfil polémico, sea la propia Iglesia la que le haya aconsejado una 'dimisión' antes de que pueda causar más ¿daño? a la institución.

Mientras tanto, desde el Obispado de Huelva se precisa que "desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la Sede de San Pedro, estará vacante y será convocado por aquellos a quienes compete el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice".

La noticia se ha producido en el transcurso de un consistorio celebrado en la mañana de hoy, en el que el mismo Papa ha argumentado que "he llegado a la certeza de que mis fuerzas, por mi edad avanzada, no son las más aptas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino".

Tras conocer la confirmación oficial, nuestro obispo, José Vilaplana Blasco, ha expresado su "sorpresa", y ha reconocido que, "aunque la decisión me deja un poco triste por el aprecio que le tengo al Papa y a su aportación al servicio de la Iglesia, la comprendo y no me extraña, ya que lo había insinuado en alguna ocasión".

Además, nuestro Pastor ha señalado que "conociendo su sensibilidad intelectual y, como el mismo Papa dice en su comunicado ("después de haber examinado repetidamente mi conciencia ante Dios"), es un acto cargado de humildad". Mons. José Vilaplana ha resaltado, precisamente, esta virtud del Sumo Pontífice, como tuvo ocasión de experimentar en sus encuentros personales con él desde su etapa de cardenal, virtud que ha atravesado todo su pontificado, cuyas primeras palabras fueron: "no soy más que un humilde servidor de la viña del Señor".

El Obispo llama a los fieles de la Diócesis de Huelva a la oración agradecida por el servicio que ha prestado a la Iglesia y que ya comenzó en edad de jubilación, dato que aún hace más reconocible esa entrega. También alienta a que pidamos al Espíritu Santo para que siga iluminando a toda la Iglesia y, especialmente, para que el nuevo Obispo de Roma siga fiel a esta necesaria labor del ministerio petrino.

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