sábado, 11 de octubre de 2014

El Castillo que Huelva perdió




Huelva, 11.10.14.- El Ayuntamiento de Huelva anunció recientemente la inclusión del Castillo de San Pedro entre los 25 elementos con mayor grado de protección en la ciudad con la intención de reforzar la protección del Patrimonio Histórico.

Sin embargo, a muchos les pareció increíble puesto que de esta fortaleza medieval de origen árabe, que se ubicaba en el cabezo de San Pedro, y perteneciente a los duques de Medina Sidonia y hasta hace poco a la familia de Los Garrocho, apenas quedan restos.

Tras un estudio y reconstrucción virtual a cargo de estudiantes de Ingeniería Técnica Informática de Sistemas de la Universidad de Huelva se anunció un plan del Ayuntamiento de Huelva para rehabilitar o reinterpretar el Castillo una vez que vuelva a ser propiedad de la ciudad. Para ello habría que pagar la expropiación de fincas que suman más de 23.000 metros cuadrados.

Sin embargo, todo esto se antoja complicado en la actualidad fundamentalmente debido a la crisis que sacude a las arcas municipales

Tal y como recordaba días atrás Huelva Información, la recuperación de esta fortaleza era una de las metas más ambiciosas que puso sobre la mesa el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) abanderado por el alcalde, Pedro Rodríguez, como instrumento de transformación de la capital. Y añade dicho diario que corría 1998 cuando el regidor defendía una iniciativa que pretendía dar a Huelva “lo que le correspondía por derecho propio”, para batallar por la titularidad pública de ese regazo histórico de la ciudad.

“Se trataba de poner en valor la atalaya más antigua de la ciudad, -recuerdan desde el Consistorio- resaltando la Iglesia de San Pedro con una plaza pública, zonas verdes y un paisaje adecuado para recuperar la memoria de la ciudad”.

El Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de San Pedro, en estado de aprobación definitiva (inició su tramitación en 2001), apostaba por “levantar sobre sus cimientos un castillo que ya no existe, abandonado y demolido entre los siglos XVII y XVIII, pero que supondría recuperar la zona más antigua de Huelva, una fortaleza sobre la que se fraguó el crecimiento de la ciudad”.

En concreto, la fortaleza se reconstruiría donde actualmente se asienta un chalet. La reconfiguración del antiguo alcázar se realizaría según criterios de evocación, siguiendo las trazas del antiguo castillo.

El plan confiere al reconstruido castillo un uso dotacional, preferentemente de museo o exposición, de carácter arqueológico o histórico, diseñándose en tres alas con una torre que actuaría como un mirador privilegiado.

Cuenta la historia que en el desaparecido Castillo existía una torre conocida como “de la reina”. Y aunque el origen del nombre no fue aclarado, no se descarta que pueda hacer referencia a un hecho poco conocido; el nacimiento en dicha fortaleza de doña Luisa Pérez de Guzmán y Sandoval, que con el tiempo llegó a ser la reina de Portugal.

Y es que duques de Medina Sidonia y condes de Niebla eran también Señores de Huelva. La idea era que los herederos de los duques antes de acceder al ducado y a todas las posesiones aprendiesen “el oficio” en Huelva, donde sus decisiones no tendrían tanta repercusión y así podrían prepararse para sus funciones futuras. Uno de ellos, Manuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y Zúñiga residió en Huelva durante varios años y aquí tuvo la mayor parte de su descendencia: Ana Francisca, Baltasar Enrique, Juana Francisca, Francisco Antonio y Luisa Francisca. Todos ellos bautizados en la iglesia de San Pedro y enterrados (excepto Luisa Francisca) en la cripta de la iglesia del Convento de la Merced, hoy catedral, según recordaba en una información ‘lahuelvacateta’.

(Fotos: Recreación de una de las torres del Castillo y Luisa Pérez de Guzmán y Sandoval)

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