domingo, 16 de diciembre de 2018

Moreno y Marín se darán el 'Sí, quiero'

Huelva, 16.12.18.- Habrá boda si nada se tuerce, aunque habrá que esperar un poco. De momento, Juanma Moreno y Juan Marín volverán a reunirse este lunes para tratar de cerrar un acuerdo programático e incluso ir despejando la formación del nuevo Ejecutivo así como la composición de la Mesa de la Cámara.
    Tras la primera reunión formal del pasado día 10 en el Parlamento andaluz, los equipos liderados por el popular Elías Bendodo y la naranja Marta Bosquet, posible nueva presidente de la Cámara autonómica, han venido diseñando un acuerdo que no será solo de investidura sino que tiene las miras puestas en garantizar la estabilidad de los próximos cuatro años.

Traducido: una serie de leyes y medidas a poner en marcha a lo largo de la nueva legislatura en la que, por cierto, no sería descartable una auditoría del sector público andaluz. Es decir, determinar cómo han funcionado y la viabilidad que tendrían algunas de las agencias, fundaciones, sociedades mercantiles y consorcios, muchos de ellos desconocidos para gran parte de la sociedad, que han existido hasta la fecha al calor del Gobierno socialista.

Y es que se trata de entidades, en muchos casos, con presupuestos y número de trabajadores eventuales poco claros.

Pero muy posiblemente, desde mañana, populares y naranjas hablarán de la formación del nuevo Gobierno, cuya presidencia será asumida por Moreno y la vicepresidencia por Marín. Contará con entre diez y doce consejerías, que se repartirían a partes iguales ambas formaciones.

Así, desde diversas fuentes se apunta que, en principio, los populares se harían con las consejerías de Presidencia, Agricultura, Empleo, Hacienda y Sanidad, mientras que Cs estaría al frente de Economía y Autónomos, Fomento, Educación, Turismo y Deportes.

Por cierto, se da por seguro que una de las nuevas consejerías estará dirigida por un onubense (hombre o mujer) y todo apunta a que corresponderá al PP.

Cs, que ostentaría la presidencia del Parlamento andaluz con la almeriense Marta Bosquet al frente, se haría con el liderazgo del consejo de Administración de la RTVA.

Precisamente, los naranjas seguirán insistiendo en los próximos días en pedir a Susana Díaz su abstención y así evitar que junto con el PP tengan que acudir a Vox para que se produzca el cambio.

Cs teme alejarse del centro ideológico (de ahí su alergia a Vox) y recuerda a la presidenta de la Junta en funciones que ya propició en su día la abstención del PSOE para despejar la investidura de Mariano Rajoy. Pero claro, ahora la situación es bien distinta, en aquel momento el sacrificado fue Pedro Sánchez mientras que, en este caso, es ella misma.

Precisamente, Mikaela Navarro, presidenta socialista, ha dejado claro hoy que su partido no se abstendrá y asegura que PP y Cs tendrían ya “cerrado” un pacto.

De forma similar se ha pronunciado hoy también el coordinador de IU Andalucía, Antonio Maíllo, para el que “todo apunta” a que “bajo la teatralización de discrepancias hay pactos cerrados” entre PP y Ciudadanos, partidos que, ha vaticinado, “van a asumir y a aceptar los votos de la extrema derecha para gobernar”.

Por cierto, Maíllo ha abogado además por abrir un “debate honesto” en IU sobre la falta de apoyo lograda por Adelante Andalucía el 2D, que analice “las razones por las que no conseguimos todos los apoyos que teníamos previstos”, aunque ha sostenido que el proceso de confluencia ha sido “satisfactorio” y ahora necesita “recuperar y establecer una complicidad con los sectores que se abstuvieron el dos de diciembre”.

Mientras tanto, en el PSOE, dentro del abatimiento de muchos, Susana Díaz pide los suyos (tal y como les avanzamos el viernes) que se pongan las pilas de cara a las elecciones municipales de mayo y reitera que ha sido su partido el vencedor del 2D, aunque no con la mayoría deseada.

La preocupación del partido del puño y la rosa, en este momento, es que si el experimento del centro-derecha funciona al frente de la Junta también se pueda extender a los ayuntamientos y eso sí que sería una debacle en toda regla, ya que los socialistas perderían la hegemonía de la que siguen gozando en la provincia, con la pérdida de desatacados ayuntamientos (la capital, por ejemplo) y la Diputación, sobre todo.

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